Cuando somos inteligentes para amar, nuestros problemas serán mínimos, y seremos capaces de negociar soluciones, de buscar acuerdos, a diferencia de cuando inconscientemente asumimos un comportamiento reactivo en lugar de afectivo en nuestra forma de actuar y de manifestar nuestros puntos de vista.
Si nos dejamos llevar por esta forma de actuar, revisemos que es lo que puede estar pasando con nosotros, nuestro inconsciente es libre y espontaneo y eso le permite enviar mensajes que la mayoría de las veces no te detienes a observar en ti, pero que determinan tu forma de expresar lo que realmente eres y por ende proyectas. Si la culpa y el rencor transitan tu vida por alguna razón, pregúntate ¿será eso lo que me limita? ¿Qué es entonces lo que tengo para dar? ¿A caso rabia, frustración, miedo, tristeza? Frederic Perls define el rencor como “ese sentimiento que surge en mi cuando percibo con dolor que no me dieron lo que yo me merecía” no olvides que de tu estilo de pensamiento depende tu vida!!!!
Cuando no te percatas de esta situación, cuando no te detienes a explorar las razones que te impulsan, comienzas a crear pensamientos que solo justifican tu comportamiento y allí te compactas para no poder encontrar vías accesibles que te permitan disfrutar de acuerdos responsables dentro de la relación. En esta medida vas creando tu propia realidad de los hechos atrayendo a tu vida sentimientos como la frustración y la decepción hacia tu pareja. Cuando la decepción hace su entrada crucial comenzara a ejercer su rol protagónico, llenándonos poco a poco de resentimientos y si la pareja no es capaz hablar, de comunicarse, de expresar ese malestar que va experimentando, va abriendo paso a la desconfianza.
Cuando la inseguridad se apodera de nosotros, nos arrastra la duda, por pensamientos poco ajustados a la realidad que pueden llevar a la persona a explicarse la realidad de una forma poco objetiva y distorsionada. Prefiere la soledad, busca la forma de realizar actividades de forma individual, prefiere compartir con amigos fuera, el comportamiento se hace agresivo u hostil y cada vez son mas los detalles que van desilusionando la pareja, para darle paso al desamor que nos permite expresar frases como: “ya no me importa lo que hagas con tu vida”, “ya nada es igual entre nosotros”. “ya no te amo”. La clave es no permitir que sentimientos como la desconfianza y la decepción hacia tu pareja lleguen, para dar paso a la infelicidad y en muchos casos a la infidelidad, que comienza siendo un estado mental para convertirse después en orgánica. Que dejara un malestar profundo, que te llenara de culpa por discrepancias que a futuro enredaran aun más tu vida.
Ser inteligentes para amar no es ganar o perder, es ganar-ganar. No es el que se cree más fuerte quien tiene el control de una relación; la fortaleza esta en la capacidad para solucionar los conflictos personales y en la capacidad de ser empático para apoyar al otro a resolver sus propios conflictos y la vida juntos se haga mas cálida y posible. Esto implica mirarse a los ojos a través de ese amor que les acompaña desde que decidieron iniciar una vida juntos y asumir que la guerra no tiene sentido, que lo que paso no tiene vuelta atrás, ¡no te enganches! No te castigues, con determinación atrévete a comunicar lo que sientes, expresa, no abrigues tu dolor en el silencio, no permanezcas en el miedo de perder, eres un ganador, abrázate con el amor! Date el permiso de expresar a tu pareja cuanto la amas, abre espacios para la paciencia, escúchala con atención, hazle sentir importante, favorécela con tu ayuda, apóyala, estimula la diversión, sorpréndela con detalles, respeta sus silencios, hazle reír, trátala con ternura, despídele y recíbele con amor, satisfácela sexualmente, comunícale lo que sientes, defiéndela.
No te empeñes en controlar pretendiendo invalidar el punto de vista del otro, no pretendas perseguir, desautorizar, criticar, no agredas, no mientas, no entorpezcas con sarcasmos e indirectas, no culpes, ni descalifiques, no rechaces, respeta, no frenes su crecimiento personal o profesional, no comiences a resaltar las diferencias que existen entre ambos para evitar los acuerdos. No te valgas de cualquier argumento para herir su autoestima que solo la arrastrara a la pasividad de no poder expresar mas tarde lo que siente ni lo que piensa.
Tú eres libre para elegir como vas a vivir el resto de tus días, comienza entonces por saber más de ti mismo. Obsérvate para reconocer la imagen que proyectas, revisa tus fallas, tus faltas, se humilde y reconoce tu errores y comprométete contigo mismo a resolver y hacer los ajustes necesarios que te permitan una actitud y una actuación distinta, que enamoren y mantengan a tu pareja dispuesta a continuar y compartir espacios llenos de amor, respeto, admiración, pasión y aproximación que espera y merece.
En nombre del amor, asume el compromiso de experimentar sentirte a gusto contigo mismo, permítele a tu pareja formar parte de tu vida, de tus momentos más íntimos, de tu historia. Tienes derecho a ser feliz y a experimentar la armonía y la paz que se vive en la plenitud de un gran amor.